El pastel del queso reúne todas las características que animan a cualquiera en la cocina: está muy rico, es sencillo en cuanto ingredientes, elaboración y material, y tiene un aspecto estupendo. Súper sencilla y barata que puede hacer cualquiera que se atreva con la repostería, su preparación no tiene nada del otro mundo.
Ingredientes
- 1,250 l. de leche
- 280 gr. de harina
- 460 gr. de azúcar
- 10 gr. de impulsor químico (tipo levadura Royal)
- 1 brick pequeño de nata de montar o cocinar (200 ml.)
- 200 gr. de queso de untar tipo Philadelphia
- 5 huevos
- 2 cucharadas de mantequilla
- Opcional: aroma de vainilla, limón…
Preparación
- En un recipiente grande mezclamos los ingredientes secos, es decir, la harina tamizada, el azúcar y la levadura.
- Añadimos los huevos y mezclamos con unas varillas manuales. Una vez bien mezclado todo, añadimos la nata líquida y seguimos mezclando. A continuación, vertemos el queso philadelphia y removemos bien hasta que esté bien integrado en la masa. Seguidamente, echamos la mantequilla a punto pomada y mezclamos también.
- Calentamos la leche en un cazo, solamente hasta que esté tibia, no tiene que hervir ni tampoco estar demasiado caliente. Vamos añadiendo la leche en la mezcla anterior hasta que tenemos toda la leche incorporada. Si utilizamos algún aroma, tipo vainilla, limón, canela… éste es el momento de añadirlo.
Horneado
- Primeramente prepararemos el molde donde vamos a hornear el pastel. Obligatoriamente tiene que ser un molde que NO sea desmontable, ya que la mezcla que vamos a echar es muy líquida y se nos filtraría .
- Yo he repartido la masa en dos moldes altos, uno de 23 cm. y otro de 10 cm. (me caben los dos en la misma bandeja del horno) pero podéis utilizar uno más grande o reducir 1/3 las cantidades proporcionalmente.
- Se engrasan con mantequilla y se espolvorea un poco de harina (con esto conseguimos 2 cosas, primero, que no se nos pegue el pastel al molde y podamos desmoldarlo sin problema y segundo, nos creará una pequeña costra que hará de base del pastel).
- Se llenan los moldes hasta las ¾ partes de su capacidad (no más, ya que si no, se nos desbordaría, porque crece en el horno, aunque luego baja).
- Precalentamos el horno a 200 grados durante 12 minutos con calor arriba-abajo-aire. Pasado ese tiempo, metemos los moldes en la bandeja del horno a media altura y bajamos la temperatura a 175 grados, con calor abajo-aire, lo tenemos 1 hora aproximadamente.
- En mi caso, he necesitado 1 hora y 10 minutos. A los 50 minutos, como veía que no estaba suficientemente dorado por arriba, le he subido la temperatura unos 10 grados, lo he puesto a 185 grados.
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